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Lo mejor y lo peor de la Policía en Latinoamérica
Chile
Los
Carabineros de Chile —la fuerza policial que posiblemente goza de la
más alta calificación de confianza en la región— han empañado su
reputación en un sorprendente caso de fraude de alto vuelo. Para el 10 de marzo, por lo menos 10 agentes habían salido de la fuerza,
incluyendo a un general y a un capitán, luego de revelaciones de que
una red corrupta había desviado cerca de US$12 millones del organismo
entre 2010 y 2015. Las investigaciones revelan que este grupo transfirió
dineros de una cuenta bancaria institucional a sus cuentas
particulares. Se espera la expulsión de más agentes con el avance de las
investigaciones internas y judiciales.
Este escándalo no es el único que golpea las instituciones de mayor
confianza en Chile en los últimos meses, y algunos observadores creen
que no serán los últimos. El ejército —considerado menos corrupto que la policía, según una encuesta pública—
se vio sacudido el año pasado por otro caso de fraude interno apodado
el “Milicogate”, en el que los oficiales presuntamente malversaron más
de US$8 millones en fondos de la institución.
Nicaragua
Los nicaragüenses tienen un alto grado de confianza en su cuerpo de
policía. Pero eso no significa necesariamente que el público crea que
los agentes no participen en actividades deli
ctivas. Más de la mitad de la población cree que los intereses
criminales han corrompido un cuerpo de policía que pese a eso sigue
considerándose digno de confianza. De hecho, la policía nicaragüense es
conocida por colaborar con narcotraficantes y grupos de robo de
estupefacientes.
Una reforma policial en 2014, dirigida por el presidente Daniel Ortega, su “comandante supremo”, ha desatado temores de que esta aparente politización pueda debilitar la integridad de la fuerza.
Pero los elevados niveles de confianza del público en la policía
nicaragüense son quizás más sorprendentes si se considera el gran número
de denuncias por abusos contra los derechos humanos que recibe este organismo en comparación con otros organismos del estado.
Ecuador
Aunque no goza de tanta estima como la policía de Chile o Nicaragua,
la confianza en los agentes de policía de Ecuador se sitúa casi en el
doble del promedio regional, y se ha descrito a la fuerza
como un “modelo para la región” que deben seguir los líderes
latinoamericanos. La tasa de homicidios de Ecuador, que se sitúa entre
las más bajas de la región, ha sido considerada un indicador de la eficiencia policial.
Una reforma policial
a gran escala en años recientes ha mejorado el entrenamiento y los
salarios de la policía y, lo que puede ser más importante, ha afianzado
las relaciones entre la policía y la comunidad. Sin embargo, no es claro
exactamente cuánto de las tácticas policiales ha contribuido a reducir
los crímenes violentos en el país.
Aun así sigue habiendo problemas serios dentro de la institución;
entre 2013 y 2016 se expulsó a 866 agentes de policía, según un reciente
informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre las prácticas de derechos humanos para
2016. En el pasado, agentes de policía activos y en retiro han
resultado detenidos o sentenciados por esquemas de corrupción y crimen
organizado.
Costa Rica
Costa Rica tiene uno de los cuerpos de policía que más confianza
generan en Latinoamérica. Y en comparación con otros países
centroamericanos, muchos costarricenses no sienten que su policía esté
implicada en actividades criminales. Sin embargo, esto puede cambiar con el mayor control que alcanzan los grupos locales y la adopción del modus operandi de capos más poderosos, mientras que el volumen de estupefacientes que
afluye al país parece ir en aumento. Una indicación de los nexos
criminales de la policía local se reveló a finales de 2016, cuando por
lo menos diez agentes de policía ticos fueron detenidos en una operación contra una red transnacional de drogas.
Más aún, las fuerzas de seguridad de Costa Rica se han visto en jaque
por la abrupta escalada de la violencia relacionada con las drogas, que
ha originado cambios en las pandillas autóctonas, y ha respondido con
medidas que pueden ser alarmantes. Hacia finales de 2017, el gobierno
espera reforzar las filas de la policía recortando el tiempo de entrenamiento, una medida que corre el riesgo de debilitar la eficiencia y la integridad de la fuerza.
Los peores
Honduras
Es posible que Honduras tenga el cuerpo de policía más corroído por
la delincuencia y el que menos confianza genera en la región, según las
encuestas de percepción del público. En 2016, sin embargo, el país tomó
algunas medidas para poner su casa en orden.
El país implementó una reforma policial amplia luego de acusaciones de que altos oficiales
habían tramado el asesinato del zar de la droga del país siguiendo
órdenes de narcotraficantes. La comisión de reforma hizo grandes
avances, y para comienzos de 2017 se decía que había obligado a más de 2.500 agentes a dejar sus cargos, casi el 20 por ciento de la institución.
Sin embargo, este proceso de investigación ya ha encontrado
resistencia, pues casi de inmediato la comisión de reforma comenzó a recibir amenazas de muerte.
Similar a lo sucedido en Costa Rica, sin embargo, la comisión de
reforma en Honduras busca aumentar los números de la policía y para 2022
haber duplicado el pie de fuerza actual, lo cual puede ser contraproducente, si se bajan los estándares.
Hay mucho en juego en esta reforma para generar cambios a largo
plazo. En el pasado, fallidas purgas han dado paso a la creación de
nuevas fuerzas élite, como la Policía Militar (PMOP), que despierta más
confianza entre los hondureños que cualquier otra fuerza de seguridad.
Pero esta militarización de la seguridad pública ha motivado abusos
fatales y casos de impunidad evidente, según un Informe de Derechos Humanos de Estados Unidos.
México
En México, el crimen organizado ha permeado profundamente las instituciones de policía. Las fuerzas municipales
son probablemente las más carcomidas, y en el pasado han actuado como
escuadrones de la muerte particulares para alcaldes con nexos con
drogas. Este fue presuntamente el caso en la tan recordada desaparición de 43 estudiantes en el estado de Guerrero.
El Informe de Derechos Humanos de Estados Unidos afirma
que la policía estatal y local “estuvo implicada en secuestro,
extorsión y en la protección del crimen organizado y narcotraficantes,
actuando directamente o en su nombre”.
Más aún, se dejó en el servicio a agentes de policía que no pasaron los procedimientos de control, añade el informe.
Esta corrosión ha tenido repercusiones en la guerra que libra México contra las drogas, cada vez más militarizada.
Pese a ser responsables de un sinfín de abusos contra los derechos
humanos, el ejército sigue siendo la institución que mayor confianza
inspira en la lucha contra el crimen organizado, y es probable que esto
siga siendo así, mientras la policía no sea una fuera más confiable y
eficiente.
República Dominicana
Una
de las fuerzas más notoriamente corruptas de Latinoamérica, a la
policía dominicana se la ha acusado de todo, desde corrupción menor
hasta el manejo de redes de narcotráfico propias.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también señala que en
2016 “agentes de policía se pusieron como objetivo particular los
inmigrantes indocumentados de ascendencia haitiana para extorsionarlos
amenazándolos con deportarlos”. Según el informe, sin embargo, los
esfuerzos judiciales se ven entorpecidos por la tolerancia extendida
hacia la “corrupción menor”.
El informe
también establece que la policía de República Dominicana —al igual que
en muchos otros países— trabaja en un “entorno peligroso”, donde hay
muchos civiles en posesión de armas y son frecuentes los homicidios
urbanos. Esta realidad puede empujar a los agentes a adoptar exceso de
fuerza en ocasiones sobre delincuentes y civiles indiscriminadamente.
El Salvador y Brasil
En El Salvador son rutinarias las acusaciones de infiltración de pandillas en la policía, ejecuciones extrajudiciales y conformación de escuadrones de la muerte.
Brasil también tiene un gran problema con el uso excesivo de la
violencia por las tácticas de mano dura de su policía militar. Pero
muchos de esos casos se llevan en tribunales especiales de la policía
militar, lo que ha dado pie al vencimiento de términos de un gran número
de casos en el marco del estatuto de limitaciones, indicó el informe del Departamento de Estado estadounidense.
Sin embargo, la confianza del público en la policía brasileña y
salvadoreña es relativamente alta en comparación con el resto de la
región. Esto puede deberse en parte a las grandes amenazas de seguridad
pública que enfrenta la población general, lo que los lleva a depender
más de las instituciones del estado. Los peligros de una fuerza policial
debilitada tuvieron su ilustración recién el pasado febrero, cuando una
huelga policial en el estado brasileño de Espirito Santo vio
multiplicarse por seis las tasas de homicidio, con más de 130 homicidios en una semana.
Fuente: https://es.insightcrime.org/noticias/analisis/chile-mexico-mejor-y-peor-policia-latinoamerica/
Fuente: https://es.insightcrime.org/noticias/analisis/chile-mexico-mejor-y-peor-policia-latinoamerica/
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